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Recuerdo el día en que lo conocí, estábamos construyendo la casa y todo
estaba lleno de escombros, y de pronto entre los escombros aparecio... era pequeñito, rubio... con cara de ángel; iba descalzo y traía un quesito en la mano. Le dije, hola!!! donde vas descalzo, no te duele??? y me miro con esos grandes ojos marrones. Me das un poco de quesito??? Y salio corriendo!!! A los pocos minutos volvió con otro quesito y me lo dio... me enamoré de el en ese mismo instante y desde entonces y hasta que me marche de allí, no se separo de mi. Pasaba casi todo el tiempo conmigo, y para mi era "mi niño". Recuerdo cuando estaba embarazada de mi primer hijo Cristian, íbamos paseando y le decía a todo el mundo... sabes que voy a tener un hermanito??? Aquellos días fueron inolvidables, me voy a acordar de mi niño Jose mientras viva y de su familia, porque siempre les consideré personas especiales (vivimos muchas cosas juntos) y cuando las personas te tocan el corazón permanecen en el para siempre. Ahora Jose Ismael es un hombre, y aunque hace mucho tiempo que no lo veo, siempre le recuerdo, y se con absoluta seguridad que será una gran persona, con un enorme corazón...
